El Pireo, el mayor puerto de Grecia, es una escala de crucero imprescindible. Tanto en viajes familiares, solo o con amigos, podrás aprovechar este punto estratégico para llegar a la mítica capital griega: Atenas. Aquí los atractivos desbordan. Conocerás la famosa Acrópolis y su museo, el Teatro de Dioniso, el Ágora Antigua y la pintoresca zona de Plaka, cada lugar con opciones para todos los gustos y paisajes dignos de postal.

El día de navegación a bordo de un crucero es ideal para experimentar nuevas experiencias, divertirse o relajarse. Buena comida, excelentes servicios y hermosos paisajes son alguna de las cosas que podrás hacer y ver. A bordo te esperan instalaciones para descansar cuerpo y mente, desde spa hasta jacuzzis, y el entretenimiento perfecto para pasar el tiempo entre escalas del crucero de la mejor manera.

Corfú, una de las islas más hermosas de Grecia, te conquistará con sus ambientes agradables, bonitas playas y valiosa naturaleza. Aquí, además de recorrer lugares como la plaza Spianada, el Palacio de San Miguel y San Jorge y el Museo de Arte Asiático, podrás visitar Sidari, el famoso canal del amor, y conocer el Monasterio Vlachérna. Por supuesto, ninguna escala estará completa sin una caminata por las playas, entre las que destacan las de la bahía Paleokastrits. Corfú, sin duda, te va a enamorar.

Hay ciudades que invitar a un recorrido lento y contemplativo, Dubrovnik es una de ellas. Si llegas en un crucero de fin de semana podrás admirar su hermoso tesoro arquitectónico, que incluye desde hermosas calles empedradas y monumentos hasta sitios de renombre como la Catedral de la Asunción, los Monasterios Franciscano y Dominico y el Palacio Sponza. Dubrovnik es una ciudad que, sin lugar a dudas, te atrapará. 

Navegando por el Mar Adriático llegarás hasta Slipt, una de las ciudades más grandes de Croacia. Durante tu escala de crucero en este puerto puedes contemplar una arquitectura de enorme belleza, visitar el famoso palacio de Diocleciano, pasear por el río Cetina o hacer una excursión hasta la ciudad de Omis.

Elegancia y belleza son las mejores palabras para definir a Trieste. Esta habitual escala de crucero, en Italia, merece un recorrido lento y contemplativo. Sitios como el Castillo de Miramare, la Piazza Unità di’Italia, el Canal Grande y la iglesia de San Spiridione son algunos de los imprescindibles para visitar. Así también una parada en uno de los muchos cafés históricos y un paseo en tranvía son perfectos para sentirte como un local más. 

Sarande, una de las perlas de Albania, es el lugar perfecto para un crucero en pareja o con amigos. Su ambiente alegre y los numerosos clubes lo convierten en un destino irresistible. Aquí no solo encontrarás hermosas playas de agua cristalina, sino también grandes construcciones históricas dignas de admirar. Entre los puntos icónicos destacan el Castillo de Lëkurësit y la sinagoga antigua.

Una escala de crucero en Katakolon, Grecia, te reserva las mejores sorpresas del Mediterráneo Occidental. Aquí podrás visitar la Iglesia Ortodoxa, el Museo local y el centro histórico mientras paseas por sus callejuelas y admiras las hermosas casitas. Esta ciudad costera te introducirá, además, en la antigua ciudad de Olimpia, la cuna de los Juegos Olímpicos, donde podrás visitar el antiguo gymnasium, restos de la palaestra, el Templo de Zeus y Hera (una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo), y el imponente estadio.

La Bahía de Suda, en la isla de Creta, Grecia, es uno de los puertos naturales más grandes del Mediterráneo, y, tiene mucho que ofrecer. En el tiempo que dure la parada de crucero puedes visitar hermosas playas de Akrotiri, recorrer las ruinas históricas y hacer una excursión hasta la laguna del Río Moronis. No te pierdas una escapada a la maravillosa y coqueta ciudad de La Canea o una excursión a la playa de Balos.